

Marina Calero Uvidia se mueve por el cuadrilátero de la vida. Se desempeña como profesora en el taller municipal gratuito de box.
Resuelta, salta al ring, estira los músculos en movimientos acompasados y, con un juego de pies rápido y firme, lanza golpes secos, cortantes, al rival de turno: el esparrin de la hora, el saco de arena…; es la lucha por la vida.
“Este deporte es hermoso. Tiene que gustarte mucho para desarrollarlo. Cuando lo pruebas, no lo dejas”, advierte, mientras ensaya un rictus para asestar un golpe más.
Marina es la niña de los ojos de sus queridos padres, la “mujer que defendía a sus hermanos” de cuanta muchachita se les paraba en frente. Pero allí estaba ella, dispuesta a hacerlos respetar.
Sus hermanos practican deportes de contacto (lucha libre, boxeo), y como Marina, han heredado del progenitor la destreza para esta pasión. “Mi padre boxeaba en Arequipa. Persuadido por mis abuelos, ahora es ingeniero”.
El boxeo le ha dado las mayores de las satisfacciones en lo profesional, hasta el momento. Fue campeona en los torneos nacionales de Guantes de Bronce y Guantes de Oro, en el 2018, tras enfrentar a duras rivales, “muy fuertes y de buena técnica”, representantes de la Federación Deportiva Peruana de Boxeo.
Se mueve por el cuadrilátero de la vida, alternando sus actividades entre la enseñanza del boxeo, su práctica y el estudio. “Este año termino la carrera de Administración y, en un futuro próximo, tendré mi gimnasio”, sostiene con la firmeza de una campeona.
El boxeo le ha enseñado mucho. “Desde hace 5 años practico este bello deporte y desde hace 2 tengo el gusto de formar valores para el distrito”, afirma complacida.
Trabaja con el profesor Danny Rosales en el Taller Gratuito de Box que impulsa la Municipalidad. Ambos vuelcan su saber y experiencia, “golpe a golpe”, para formar a los campeones del mañana.
“Le agradezco al alcalde Carlos Cox Palomino por darnos la oportunidad de educar a los niños a través de nuestra labor. Este deporte te ayuda emocionalmente, te levanta la autoestima”, manifiesta feliz.
Este 2020 va por más, con el valor que perfilan sus puños y su alma. Se presentará otra vez en Guantes de Oro. “Será duro, porque es muy competitivo, pero buscaré nuevamente este campeonato a fines de año, después de un alto en todo el 2019. Estoy preparándome como se debe”, sentencia.
Marina, madre coraje, pelea por sus “bellos hijos”, por sus sueños. Dribla los golpes del destino. “La mujer es fuerte. Debe empoderarse y tener metas fijas”, sostiene cuando ya se escucha y se siente el dictamen de sus futuros triunfos, “por decisión unánime”, seguramente.